Reggaeton

Por Quinto Sonido

Bien, vamos a perrear.

El triunfo mundial del reggaetón es rotundo. Desde que ocupa los primeros puestos en las listas de éxitos, se ganó la fama de ser un género superficial y apolítico. Sin embargo, el camino que lo llevó a la cima de la escena musical esconde muchos más matices: desde sus orígenes mestizos hasta su latinidad irreverente en un mundo cada vez más xenófobo, el reggaetón se reivindica como una música fruto de un contexto social que no puede obviarse. Este artículo se enriquece al final del texto con una lista de reproducción que recoge los mayores hitos de este género

Corría el año 1997, y el reggaetón era distinto al que conocemos hoy en día. Las letras hablaban de violencia, del barrio, de racismo, además de sexo, seducción y mujeres. Lo cantaban principalmente jóvenes, “chamacos”, pobres, negros, mulatos. Así había sido desde los orígenes del género.

En aquellos años la palabra de moda era dembow, la cual se usa actualmente para definir el característico ritmo que conforma la base del reggaetón. Sin embargo, en sus inicios tenía un significado bien distinto.

El primero en usar ese ritmo fue el jamaicano Shabba Ranks, cantante de dancehall, en una de sus canciones más famosas: Dem Bow (1991). En patois jamaicano significa ‘ellos se inclinan’ (parecido al inglés they bow), y Ranks lo usa para referirse a los hombres homosexuales de manera denigrante. “Levanta la mano si sabes que no te inclinas” repite el estribillo. Pero la canción va más allá: la letra, además de homófoba, tiene un alto contenido anticolonialista. “Libertad para la gente negra / Eso quiere decir que los opresores se inclinan (…) Agravias a tu hermano negro, quiere decir que te inclinas / Odias a tu hermana negra, quiere decir que te inclinas”. Básicamente, Ranks insulta al racista y opresor llamándole gay.

Ese mismo año, dos cantantes panameños tradujeron la canción de Shabba Ranks al español. Nando Boom la tituló Ellos Benia, y El General la llamó Son Bow. A parte del cambio de título, la letra mantiene el contenido homófobo y anticolonialista: en este caso, ambos cantan que ni Jamaica, ni Panamá, ni Puerto Rico ni Colombia son “bow”, es decir, son gays. El camino recorrido por la canción Dem Bow que bautizaría el famoso ritmo reggaetónero es un buen ejemplo de las dinámicas sociales y culturales que se vivían en la región.

El vínculo entre Jamaica y Panamá empezó cuando migrantes de la isla caribeña se desplazaron al istmo para trabajar en la construcción del Canal de Panamá.

Desde entonces, el flujo musical entre ambos países ha sido intenso, y varios cantantes, como Nando Boom y El General, se dedicaron a traducir canciones de reggae y dancehall al español. De hecho, Nando Boom publicó un disco que bautizó Reggae Español, donde entre otras cosas cantaba explícitamente contra el racismo. En la canción Nos llaman inmigrantes —en la que, además, se identifica un ya ritmo cercano al futuro reggaetón— el cantante dice lo siguiente: “Nos llaman inmigrantes porque vivimos en América (…). Derrotemos el racismo, tenemos que luchar, tenemos que unirnos entre hermanos”. Ese reggae de habla hispana es una de las semillas que después haría florecer el reggaetón.

Sin embargo, fue en Puerto Rico donde el género cristalizó. Con una oreja puesta en el hip hop de Estados Unidos —y especialmente de Nueva York— la isla vio nacer una generación de raperos boricuas que llenaron los barrios periféricos de San Juan, la capital, a mediados de los noventa. Pero lo hicieron con su idiosincrasia caribeña particular, rapeando encima de bases musicales bien distintas a las que usaban sus compañeros neoyorquinos. Entre ellas estaba el dembow, ese ritmo que se amplificaba desde Jamaica y Panamá. De hecho, los primeros reggaetoneros puertorriqueños fueron llamados raperos, y el género que años después se popularizaría en todo el mundo llevaba el nombre de melaza, música negra o música underground. Estos nombres explicitan cómo el reggaetón incipiente estaba estrechamente ligado a cuestiones de clase y de raza: se había convertido en un altavoz para las comunidades marginalizadas, mayoritariamente afrolatinas

Jamaica, Panamá y Puerto Rico; las raíces del reggaeton emergen en el Caribe.

Este género es producto de las migraciones y diásporas vividas en la región, desde los jamaicanos que viajaron a Panamá hasta los puertorriqueños que emigraron a Nueva York en búsqueda de una vida mejor. Heredó las connotaciones políticas del reggae y del hip hop y se reinventó con un sonido caribeño donde resuenan el legado afro y el latino que se mezclan en la región. Además, se erigió como una identidad musical común entre las clases bajas de los países bañados por las aguas calientes del Atlántico.

Sin embargo, el estatus del reggaetón cambió con los años, especialmente cuando en Puerto Rico los artistas empezaron a sortear la censura con letras menos explícitas, tanto a nivel de contenido violento y sexual como a nivel político. Gracias a eso y al creciente esfuerzo de productores latinos como Luny Tunes, el reggaetón empezó a ser considerado un género cada vez más mainstream. Uno de los hitos más importantes en esta ascensión fue Gasolina (2004), de Daddy Yankee, una canción que dio la vuelta al mundo y penetró en el mercado occidental, tanto en Europa como en Estados Unidos. El tema se lanzó como single del álbum Barrio Fino, ya desde el sello Universal, uno de los principales en la escena discográfica de Estados Unidos y del mundo. La diferencia de contenido entre Gasolina y el poema de Chamaco’s Corner que daba inicio a El Cartel, siete años antes, es abismal.

 Este éxito de Daddy Yankee supone un salto hacia la fama mundial del reggaetón y su comercialización, con una estética que abandona lo periférico y vira hacia la ostentación.

El dúo Wisin & Yandel fue otro de los artífices del salto del underground a las radios internacionales. Estos puertorriqueños publicaron una canción también titulada Dembow (2003) inspirados en la original de Shabba Ranks. Sin embargo, la letra olvida cualquier connotación anticolonial y cuenta la típica historia de seducción, amor y, en ocasiones, acoso y objetificación, temas más cercanos a los del reggaetón actual. De hecho, en ese tema la palabra dembow ya se utiliza solamente para significar el característico ritmo de esta música urbana.

Colombia también jugó un papel relevante en la comercialización y despolitización del reggaetón. Especialmente a partir de la década del 2010, Medellín se convirtió en uno de los principales polos de creación de esta nueva música. En un país de salsa y vallenato, el reggaetón se llevó más melodía y más romanticismo en su paso por Colombia, un hecho al que algunos le atribuyen el triunfo definitivo de esta música urbana, al ayudar a su comercialización. No hay más que fijarse en cantantes como Maluma o J Balvin, artistas colombianos de fama mundial que actualmente suenan en todas las discotecas.

Las tres canciones más importantes en la historia del reggaetón

1.- La gasolina Daddy Yanke

Uno de los primeros éxitos que impulsarían a la cima a Daddy Yankee como uno de los  mayores exponentes del reggaetón. Esta pegajosa canción, logró posicionarse como una de las 10 más populares canciones en las listas musicales.

2.- Ella y yo, Don Omar y Aventura.

Como olvidar uno de los grandes duetos dentro de este género músical. Dos hombres sentados en la barra de un bar mientras cuentan cómo ha sido su relación amorosa, antes de darse cuenta que hablan de la misma mujer. Todo un éxito que se coreaba en las fiestas.

3.- Pobre diabla, Don Omar

Es escuchar la letra de esta canción y automáticamente acordarte de tu ex y no precisamente con mucho cariño. La diabla de Don Omar es la catarsis perfecta para pasar página rodeado de buenos amigos a altas horas de la madrugada.

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