Ahora bien, la Reina tiene algunos trucos y secretos. Existen una serie de hábitos y conductas no tan conocidas que la emblemática monarca lleva adelante desde hace varios años y que la hacen verse “como una reina”.

Si hubiera un manual, un catálogo de buenos hábitos, se podría decir que ellos son: no exponerse al sol, usar cremas (no muy caras), caminar todos los días y hacer una dieta en la que predominan el té.

La Reina siempre está en movimiento. La monarca británica hace ejercicio casi a diario y realiza caminatas rápidas junto a sus perros. Isabel montaba a caballo una o dos veces por semana hasta hace unos años, hoy algo que ya no puede hacer. Los perros son su motivación: si no tiene tiempo para sacar a pasear a los perros por la mañana, lo hace por la tarde.

Según detalla, Bryan Kozlowski en su libro “Larga vida a la Reina: 23 reglas para vivir como la monarca reinante más longeva de Gran Bretaña”, Isabel además huye del sol todo lo que puede. Y lo hace desde hace varios años ya.

“No se pasa el día sentada en un escritorio. Durante una ceremonia de investidura permanece de pie hasta 90 minutos”, contaron sus colaboradores. Además, se cuida de dormir bien. “Duerme unas siete horas cada noche y se despierta todos los días a las 7:30 de la mañana”, explican cerca suyo.

En cuanto a sus cuidados de de belleza, usa poco maquillaje y utiliza cremas que no son excesivamente caras. La monarca usa una crema para cuidarse la piel de la cara que no es para nada sofisticada: se trata de un producto anti-age de venta masiva que cuesta tan solo US$11.

Toda la vida tuvo la Reina esta crema en su tocador. El producto se llama Leche de Rosas, es de la marca Cyclax, una empresa británica fundada en 1896. Así lo contó el experto en cultura británica Kozlowsky, en una nota reciente. En 1969, Cyclax se incorporó al listado de proveedores reales y obtuvo el sello de “Royal Warrant”.

Fuente: Agencia Sapiens

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