A los 94 años, Don Goyo sale todos los días a trabajar en el campo. En temporada de zafra, labora en el corte de caña sin zapatos y con machete en mano. El adulto mayor continúa trabajando en los cañaverales para ganar dinero y poder comer.

Él habita una casa de láminas sin piso, construida con desechos en la calle Miguel Hidalgo y Reforma de la colonia López Portillo, en el municipio de Ángel R. Cabada. Duerme en una vieja hamaca y a pesar de tener hijos, hace muchos años no sabe de ellos.

Apenas puede caminar y requiere apoyarse en un palo, sin embargo, trabaja jornadas de entre 10 y 12 horas diarias en el municipio perredista, presidido por Arturo Herviz Reyes, irónicamente líder de la Unión Nacional de Cañeros Independientes.

Ante esta situación, Karla Patricia Obil Mayoral publicó en grupos de Facebook y redes sociales de la zona de Los Tuxtla, algunas fotografías de don Goyo en el campo cañero y en su casa, con lo que ha pedido apoyo a la población para el adulto mayor. En tanto, la joven le ha llevado alimentos y otros artículos a su casa.

En redes sociales, Obil Mayoral contó que un día, mientras acompañaba a su mamá a supervisar el corte de caña, vio salir a don Goyo de los cañales.

El señor salió «caminando poco a poquito, todo encorvado y usando una caña de bastón. De lejos se veía el cansancio de los años y mi primera reacción fue pensar: ¿cómo es posible que un señor de tan avanzada edad tenga todavía que seguir trabajando?», cuestionó la joven.

Entonces, Karla Patricia le ofreció un vaso de refresco al señor mientras se encontraba descansando. En ese momento, el adulto mayor mencionó que su nombre es Gregorio, tiene 94 años y vive solo, por lo que tiene que trabajar aunque sus piernas y su columna no están del todo bien.

«Me dijo que sus hijos viven muy lejos y ninguno lo visita. Al decirme eso sus ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón sintió mucha tristeza», escribió Karla Patricia. La joven afirmó que nadie «con un poco de empatía» dejaría que su abuelo de 94 años tenga que trabajar para poder comer ya que, además, el trabajo de los cortadores de caña es muy duro y para alguien de esa edad debe ser difícil».

«Al conocer todo el proceso que lleva la producción de azúcar, sé que el trabajo de los cortadores de caña es muy duro y para alguien de esa edad debe ser bastante difícil y cansado. Le pedí su dirección y le prometí visitarlo pronto para llevarle ropa y algunos víveres que puedan servirle».

Por ello, la joven comentó que pidió ayuda para don Goyo, ya sea para reunir comida, ropa o cualquier otro producto que pueda ser de utilidad.

«Todo lo bueno o malo que hacemos en la vida se nos regresa. A veces el mundo da tantas vueltas que la ayuda podríamos necesitarla nosotros algún día».

Posteriormente, la joven acudió a la casa de don Goyo, y realizó una nueva publicación en redes sociales para mostrar las condiciones en las que vive y, por ello, volvió a pedir ayuda para el hombre.

«El señor no cuenta con luz eléctrica, no tiene nada en su casa y duerme en una hamaca, si es que así se le puede llamar. Lo más triste es que he recibido bien poquito ayuda», concluyó la joven.

Fuente: Milenio

Por admin

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