Durante todo el año llevas un religioso registro del dinero que ganas y de todo lo que gastas, con un solo objetivo: conseguir que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) te devuelva parte de los impuestos que pagas. Pero la sorpresa es que, al momento de solicitar la devolución, te llega la decepcionante notificación de “rechazado”; pero ese no es el problema, sino el motivo: ya te pagaron.
Otro día, sales a la puerta y lo primero que te encuentras es un requerimiento. Se trata de un crédito de automóvil que sacaste, pero del que hasta ahora no has cubierto ni una sola mensualidad. Tras unos segundos de preocupación, terminas sonriendo, porque recuerdas que no has comprado ningún vehículo, es más, ni carro tienes. Al final lo tomas como una broma, una confusión o simplemente algún intento de extorsión.
Sin embargo, 54 historias similares a esos dos hipotéticos casos llegaron el año pasado a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Procuraduría de Defensa del Contribuyente (Prodecon), en el estado. Todos sus protagonistas habían sido víctimas de un delito.
El Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Quintana Roo define al robo de identidad, cuando una persona obtiene, transfiere, posee o utiliza de manera no autorizada datos personales de alguien más. “Con la intención de asumir de manera apócrifa su identidad y realizar compras, obtener créditos, documentos o cualquier otro beneficio financiero en detrimento de sus finanzas”, señala el organismo.
En México, tan solo la Condusef atendió en 2020 cuatro mil 921 casos relacionados con esa falta. En Quintana Roo, el año pasado, hubo un promedio de 4.5 cada mes. De acuerdo con Manuel Castro Morales, titular del organismo en Quintana Roo, la entidad se ubica en el lugar 21, en cuanto a este tipo de hechos a nivel nacional.
“Es importante no descuidar la información personal, sobre todo las identificaciones y tarjetas bancarias, así como los estados de cuenta, que son los documentos más susceptibles para ser robados, y que con ello se puedan hacer trámites”, comentó.
Esos documentos son alterados. En cuanto a la identificación oficial, se cambia la foto y con ello se cometen ilícitos en los bancos para solicitar créditos, o incluso hay casos donde los malhechores llegan a sacar un automóvil.