El Colegio Imperial de Londres llevó a cabo un estudio en el que descubrieron que las bailarinas suprimen las señales del oído interno al cerebro para evitar el mareo.

El mareo se ocasiona cuando alguien da vueltas rápidamente, los fluidos en el aparato vestibular del oído interno se  mueven a través de pequeños pelos, al detenerse la persona, el fluido continúa moviéndose, lo hace que el sujeto sienta que todavía sigue girando.

En este caso las bailarinas de ballet pasan su vida entrenado para poder dar varios giros y piruetas rápida y constantemente, ellas utilizan varias técnicas para no marearse entre las que se encuentran el concentrarse en un lugar en particular del piso mientras giran, giran primero el cuerpo y la cabeza después sin embargo la cabeza es la primera en regresar al punto fijado.

El estudio

La revista Cerebral Cortex, publicó un estudió en dónde los investigadores estudiaron a 29 bailarinas y 20 deportistas de remo de la misma edad y estado físico. Primero las hicieron girar en una silla y se le solicitó a cada una de ellas que moviera una manija cuando sintieran que aún estaban girando a pesar de ya haberse detenido.

Los reflejos oculares disparados por los órganos vestibulares fueron medidos y se tomó resonancias magnéticas para observar la estructura cerebral de las participantes.

La percepción de seguir girando de las bailarinas duró menos que las de las remeras, y mientras más experimentadas las bailarinas, más breve el efecto.

Los escáneres mostraron diferencias entre las bailarinas y las remeras en dos partes del cerebro: el cerebelo, donde se procesa la información sensorial de los órganos vestibulares, y la corteza cerebral, que percibe el mareo.

También se descubrió que las practicantes de remo tienen su percepción de mareo muy vinculada con los reflejos oculares generados por las señales del aparato vestibular, y este vínculo no existía en el caso de las bailarinas.

Barry Seemungal  el líder de la investigación del Departamento de Medicina del Colegio Imperial de Londres, explicó que «no es útil para la bailarina sentirse mareada o desbalanceada, sus cerebros se adaptan en años de entrenamiento para suprimir estas sensaciones».

Debido a eso, «la señal que viaja a las áreas del cerebro responsables por la percepción del mareo en la corteza cerebral es reducida, haciendo que las bailarinas se vuelvan más resistentes a esa sensación».

Para el doctor Seemungal, si la ciencia logra estudiar y monitorear esa misma área en los pacientes con mareos crónicos, se podría lograr tratar mejor este tipo de dolencia.

Fuente: Agencia Sapiens

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