Todos alguna vez hemos empezado a sudar después de comer algo muy picante, y la mayoría de la gente está familiarizada con el sudor emocional debido al miedo, la vergüenza, la ansiedad o el dolor.

El olor de la gente en determinados estados emocionales puede influenciar también cómo se sienten quienes lo perciben.


Las palmas de las manos, la frente y las plantas de los pies están asociadas a la transpiración emocional.


En un experimento de la Universidad de Urecht, en Holanda, un grupo de psicólogos recolectó muestras de sudor de hombres mientras veían escenas de películas seleccionadas para evocar sentimientos de miedo o asco.
Después les preguntaron a 36 mujeres si podían detectar alguna pista emocional en las muestras de sudor.


Los investigadores encontraron que cuando las mujeres eran expuestas a las muestras de sudor derivadas de la emoción de miedo sus propias expresiones faciales reflejaban miedo también.


Y cuando eran expuestas a las muestras derivadas del sentimiento de asco, también imitaban facialmente esa emoción.


Cuando las participantes olieron las muestras que servían de control no mostraron ninguna expresión facial predecible.


Este hallazgo le hizo pensar a los investigadores que el sudor es un mecanismo eficaz de transmitir un estado emocional de una persona a otra.


También es importante destacar que las expresiones faciales que las mujeres hicieron mientras olían las muestras de sudor no tenían ninguna relación con su percepción subjetiva sobre la intensidad o agrado del olor.
Así que podían mostrar un aspecto de asco incluso cuando decían que una muestra particular tenía un olor agradable.

Fuente: Agencia Sapiens

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