Recibir una gran cantidad de estímulos externos, aburrimiento, falta de motivación e incluso falta de retos, son algunas de las causas por las que los niños son distraídos. Sin embargo, pese a lo que podemos pensar como padres, según la ciencia ser distraído puede ser un signo de mayor inteligencia.

De acuerdo con un estudio de la University College de Londres, la gente inteligente se distrae con más facilidad en el trabajo y, aunque sean intelectualmente superiores a sus compañeros, su capacidad de atención es menor que la del resto. Bueno, pues esto también aplica con los niños distraídos.

La mayoría de los niños que son distraídos y que tienen problemas para concentrarse cuentan con un cerebro que percibe la mayoría de las cosas de manera aumentada, almacenan mayor cantidad de información, así como una mayor cantidad de neuronas, por lo que esos periodos de distracción en realidad pueden ser lapsos en que descansa su mente, según los investigadores.

Sin embargo, es difícil que se identifique esta mayor capacidad intelectual en los pequeños y, por lo contrario, suelen ser señalados como niños con problemas como el Trastorno de Déficit de Atención, en vez de potenciar sus habilidades.

Por lo anterior, cuando se identifica que un niño es demasiado distraído o tiene problemas para concentrarse, lo más indicado es consultar con especialistas que ayuden a identificar sus capacidades intelectuales y habilidades con el fin de ayudarlos de la manera en que lo necesitan y apoyarlos para que sean pequeños felices y con un desarrollo pleno.

Fuente: Agencia Sapiens

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