Para aquellos que tienen, están arrancando o piensan lanzar algún proyecto/iniciativa/negocio, les comparto un resumen de aprendizajes:

Back to the basics con el asunto de emprender. La oleada del emprendimiento lo ha convertido en un concepto manoseado. Si recordamos que los primeros emprendedores eran las personas que construían puentes (literalmente) y, después, los viajeros que salían a explorar el Nuevo Mundo, necesitamos recuperar esa dirección con la situación actual. No se trata de hacer dinero, sino de generar valor. Ya tenemos suficientes problemas económicos-sociales-ambientales como para andar sacando negocios que crean nuevas necesidades. Más bien, requerimos de procesos que aporten a resolver lo que nos compete a todos y aporte al bien común.

Uno no es emprendedor por cuántos eventos, congresos, diplomas o fotos en Facebook subas de tus post its y tazas de café. Ese “título” realmente se gana al lanzarse a hacer algo, partirse la madre con Hacienda, coleccionar portazos en la cara y, finalmente, poder ganarse un ingreso decente al final del mes. Da igual si recitas el business canvas todas las mañanas si al final del día no creaste valor compartido.

Al diablo con la presión social. Sí, en el camino a empezar algo va a haber gente que te tire para abajo, pero igual no te martirices creyendo que tienes que tener tu propio local para ser, deja tú exitoso, feliz. Necesitamos cambiar la satanización de los Godínez por incentivos para tener Intraemprendedores: gente apasionada en construir desde adentro de una organización ya establecido.

Si entendemos las ventas como un agregar valor / resolver necesidades, encontramos que la competencia se vuelven aliados para atender a más personas en el asunto de encontrar soluciones integrales. Necesitamos más espacios de encuentro, de colaboración y, ojalá, de co-creación.

Okay, el negocio es importante, pero más importante es la gente. Tienes un equipo de trabajo que comparte tu visión, que igual sacrifica cosas porque cree en el proyecto y está brindándote mucho apoyo, no la riegues y busca productividad sin olvidar que ellos también son personas. Y aún antes, cuida mucho a la gente que te importa: sí hay que invertirle tiempo, pero mantén cerca a tu familia, tus amigos, tu pareja. El tiempo es un recurso que no se recupera y ellos merecen bastante.

Nunca dejes de aprender. Tal vez llegues a un punto donde sientas que la universidad no te sirvió para nada, pero eso no significa que la educación sea inútil. Por más experiencia que hayas ganado “haciendo”, no hay como abrir un libro para expandir tu mente y darte cuenta que somos demasiado limitados pero, también, muy capaces. Ligando con esto, escucha.


Llegará el día en que coseches el resultado de tus esfuerzos y podrás seguir avanzando en la escalera. Cuando eso suceda, no olvides cómo empezaste y, en especial, por qué. A veces, el revuelo de las actividades puede destantearte y llevarte a un sitio donde no querías estar.

Fuente: Agencia Sapiens

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.