Los gorilas macho se golpean el pecho como indicador acústico de su tamaño corporal y su capacidad competitiva ante rivales y hembras, según ha revelado un estudio internacional que publica este 8 de abril la revista ‘Scientific Reports’.

El trabajo ha desvelado el significado oculto de los icónicos golpes en el pecho de los gorilas de montaña, cuyos ejemplares más grandes y competitivos emiten frecuencias sonoras más bajas, es decir, sonidos más graves, con lo que el tamaño del gorila queda codificado en el mensaje sonoro. 

Hasta ahora, se pensaba que los golpes se asociaban a la competencia entre machos y al proceso de elección de grupo por parte de las hembras, pero aún se desconocía el tipo de información comunicada.

Así, el trabajo ha constatado que la estrategia de los golpes en el tórax es un indicador fiable del tamaño corporal de los gorilas y revela su capacidad competitiva respecto a los miembros tanto de su grupo social como de otros.

En la investigación, dirigida por Edward Wright y Martha Robbins, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, han participado el profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB) Jordi Galbany, además de expertos de la Fundación Dian Fossey, la Universidad George Washington y la Universidad Goethe de Frankfurt.

El método utilizado

Para estudiar la relación entre el tamaño de los gorilas salvajes y la resonancia de sus golpes de pecho, los investigadores tuvieron que medirlos primero, sin acercarse demasiado.

Para ello utilizaron láseres. Proyectando dos haces de luz a una distancia determinada hacia el animal y tomando luego una fotografía, los investigadores podían utilizar los láseres como escala para medir zonas de su cuerpo.

También tuvieron que ser pacientes para registrar los latidos del pecho del gorila, que se producen en ráfagas cortas aproximadamente una vez cada cinco horas.

«Hay que estar en el lugar adecuado en el momento adecuado», dijo Wright.

Pero cuando lo estaban, dijo, tanto el sonido como el espectáculo son impresionantes.

«Como humano, definitivamente tienes la sensación de poder y fuerza», dijo.

Al final, los investigadores pudieron utilizar las grabaciones de 36 golpes de pecho realizados por seis de los machos para medir su duración, el número de latidos y las frecuencias de audio y compararlo con el tamaño de su cuerpo.

Fuente: Efe

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